Las tres grandes religiones monoteístas, el judaísmo, el cristianismo y el islam, creen en la existencia de los ángeles. Pero ¿conoces bien a estos siervos y mensajeros de Dios? Aquí hay 5 cosas que debes saber sobre los ángeles y arcángeles.
Las tres grandes religiones monoteístas, el judaísmo, el cristianismo y el islam, creen en la existencia de los ángeles. Pero ¿conoces bien a estos siervos y mensajeros de Dios? Aquí hay 5 cosas que debes saber sobre los ángeles y arcángeles.
Como indica la etimología de la palabra ángel, los ángeles son los mensajeros de Dios.
Son omnipresentes en la Biblia para cumplir la voluntad divina. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, es un ángel quien detiene el brazo de Abraham justo cuando estaba a punto de sacrificar a su hijo Isaac.
En el Nuevo Testamento también, son enviados en misión para transmitir mensajes divinos. Es el arcángel Gabriel, también conocido como el ángel de la Anunciación, quien le anuncia a María su nuevo estatus como madre del Hijo de Dios y le explica que llevará un niño mientras sigue siendo virgen.
Si te preguntas cuál es la diferencia entre un ángel y un arcángel, debes saber que este último término se refiere a un líder entre los ángeles (el prefijo arch- significa "superior").
El Antiguo Testamento no menciona esta jerarquía celestial, pero en su lugar involucra a los ángeles cada vez que Dios necesita enviar un mensaje a los hombres. Sin embargo, la Biblia nombra a 3 arcángeles por su nombre y les atribuye una función específica:
• El arcángel Miguel: designado como el líder del ejército de ángeles del Bien, derrota al Diablo durante la guerra de los ángeles descrita en el libro del Apocalipsis.
• El arcángel Rafael: mencionado en el libro de Tobías, es considerado como un sanador y protector de los viajeros.
• El arcángel Gabriel: considerado como el principal Mensajero de Dios, aparece en el libro de Daniel y luego en el Nuevo Testamento para anunciar el nacimiento de Jesús.
En resumen, Miguel tiene una función combativa, Gabriel una función anunciadora y Rafael una función iniciática. Estos tres arcángeles son celebrados cada año el 29 de septiembre en la tradición católica.
A estos tres arcángeles mencionados en la Biblia y reconocidos por la Iglesia Católica Romana, a veces se suma el arcángel Uriel, venerado entre otros por la Iglesia Anglicana y la Iglesia Ortodoxa. Uriel es el ángel que trae a los humanos las luces del conocimiento de Dios.
La mayoría de las iglesias ortodoxas reconocen incluso 7 arcángeles mayores: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, así como Salatiel, Jéhudiel y Barachiel.
Y si te preguntas por qué todos estos nombres riman y terminan en -el, es simplemente porque este sufijo significa Dios. Por ejemplo, Gabriel significa "la fuerza de Dios".
Sin embargo, ten cuidado de no confundirlo todo: a pesar de la consonancia de su nombre, Ezequiel no es un ángel sino un profeta.
Las grandes religiones monoteístas reconocen los ángeles guardianes que tienen el papel de proteger a los humanos desde su nacimiento hasta su muerte.
Esta expresión no aparece explícitamente en la Biblia, pero los ángeles protectores son mencionados varias veces.
Así, cada individuo tendría un ángel guardián que es una especie de guardián de su alma. Si quieres dirigirte al tuyo, puedes reservarle un lugar en tus oraciones usando fórmulas muy simples como: "Mi buen ángel guardián, protégeme siempre" o "Te ruego, vela por mí".
Nuestro ángel guardián es como un compañero de camino en nuestro camino espiritual. Esta presencia angelical a nuestro lado es especialmente valiosa en períodos de duda y extravío donde tememos perder nuestro camino.
Algunos creyentes dicen rezar a su ángel de la guarda. Más precisamente, esto consiste en confiar al ángel de la guarda las oraciones que se dirigen a Dios. De hecho, en la tradición católica, es Dios quien recibe nuestras oraciones y las escucha.
Pero es completamente legítimo, en nuestras oraciones, pedir la intercesión de los ángeles, los santos o la Virgen María.
Así que no esperes a Navidad, período en el que los ángeles ocupan un lugar privilegiado en las celebraciones cristianas, para invocar a estos seres espirituales que pueblan nuestro imaginario colectivo y nuestras iglesias.