Nuestro día a día está constantemente ocupado, estamos apurados y nuestros pensamientos corren en nuestra cabeza, pero a veces sería agradable poder ralentizarlos, detenernos, aprender a relajarnos y poner en pausa el molino de nuestros pensamientos.
Se trata de una práctica que tiene como objetivo relajar la mente, reconectar el cuerpo con la mente mediante el aprendizaje de enfocar los pensamientos y la mente a través de un cuerpo inmóvil y relajado, y una respiración controlada. La meditación permite sentirse menos atrapado por los pensamientos, ya que enseña a dejarlos ir, a observar cómo van pasando sin permitirles afectarnos. La meditación permite alcanzar, cuando se logra, una relajación profunda del ser que nos libera de los pensamientos y las energías negativas.
El hecho de meditar significa enfocarse en el momento presente, en las sensaciones que se experimentan en el cuerpo, en cosas tan simples y naturales como nuestras inspiraciones y exhalaciones, en la sensación de nuestro cuerpo tocando el suelo y en la brisa acariciando nuestro rostro. Al concentrarnos en todas estas pequeñas cosas del momento presente, conectamos nuestras sensaciones, nuestras experiencias y nuestro cuerpo con nuestros pensamientos. Este ejercicio, que no es fácil para todos, sin embargo, es muy útil. Permite traer nuestros pensamientos al momento presente, al "aquí y ahora" como dicen los angloparlantes.
En nuestro mundo actual, tendemos a pensar todo el tiempo. Pensamos en las compras que tenemos que hacer, en recoger a los niños, en llamar al fontanero, en tirar la basura, en preparar esa reunión, en planificar nuestras vacaciones, etc. Pero nuestros pensamientos suelen estar enfocados en cosas que deben hacerse o que se harán en el futuro, y no en el presente. Raramente pensamos en lo que estamos haciendo en el momento en que lo estamos haciendo. ¿Realmente piensas en el plato que estás lavando mientras lo lavas? ¿Realmente piensas en el agua que le estás echando a esa planta mientras la riegas? No. Y es por eso que tu cuerpo con las acciones que está realizando y tu cerebro, con sus pensamientos, rara vez están conectados, en armonía. La meditación permite remediar esto.
La meditación permite reconectar con sus sensaciones, con el momento presente. Vincular nuevamente el cuerpo y la mente, unidos en esta práctica en el momento presente. La meditación ayuda a reducir la frecuencia cardíaca, favorece el desarrollo y la experiencia de sensaciones positivas (alegría, curiosidad, entusiasmo, etc.) al estimular una zona específica del cerebro. La meditación mejora la concentración y la atención, reduce el estrés y la ansiedad.
Puedes meditar tan a menudo como desees y puedas, no hay ninguna contraindicación excepto tu propia sensación. Se recomienda practicar un poco todos los días si puedes, ya que, al igual que con una práctica deportiva, es necesario entrenar antes de obtener resultados satisfactorios.
Comienza con 5 minutos de meditación antes de embarcarte en sesiones cada vez más largas, añadiendo 5 minutos cada vez. Puedes sentarte, estar de pie o incluso acostarte, en una posición cómoda, en un lugar tranquilo. Los ojos pueden estar abiertos o cerrados. Puedes quedarte en silencio o repetir una palabra o frase elegida llamada "mantra". Puedes elegir comenzar solo o acompañarte uniéndote a una clase o utilizando una meditación guiada en línea. Hay muchas recursos disponibles en internet con simplemente música, sonidos o incluso una voz para que te guíe. Asegúrate de apagar tu teléfono o ponerlo en silencio y de instalarte en algún lugar donde no serás interrumpido durante la duración de tu sesión.
Puedes meditar en el momento que prefieras. Por la mañana al despertar para comenzar bien tu día, durante tu pausa para el almuerzo si tienes tiempo para relajarte del estrés matutino o por la noche para que tu noche sea mejor. ¡Tú decides!