Desde la noche de los tiempos, las plantas han formado parte de la panoplia de brujos y brujas. Hoy en día, los adeptos de la Wicca las utilizan en sus rituales por su significado simbólico y sus poderes mágicos. Pero, ¿cuáles son las plantas tradicionalmente asociadas con la magia y cómo usarlas correctamente? Aquí hay 5 cosas que saber sobre las plantas mágicas y su uso en la brujería.
Las plantas mágicas son a menudo plantas medicinales.
En las civilizaciones primitivas, se califica de hechicero o chamán a una persona que conoce las virtudes medicinales de las plantas. El simple hecho de poseer este saber ancestral y poder preparar remedios se asimila a magia, especialmente cuando la eficacia de las plantas contra tal o cual síntoma no está explicada por la ciencia.
En ausencia de conocimientos científicos y médicos, las plantas se consideran mágicas. Además, la curación del enfermo suele asociarse con leyendas o fenómenos sobrenaturales como los espíritus, los tótems o la alquimia.
El poder de las plantas no se limita a sus virtudes medicinales.
Aunque la mayoría de las plantas utilizadas por las brujas de ayer y de hoy poseen propiedades curativas, el poder de las plantas mágicas no se reduce a sus virtudes medicinales.
En la brujería, se atribuyen a los vegetales todo tipo de propiedades adivinatorias, afrodisíacas o purificadoras, por ejemplo. El ámbito de acción de las plantas es muy amplio y va más allá de simplemente curar los pequeños males del día a día.
Las semillas, las flores y las hierbas entran en rituales muy diversos para atraer el amor o la suerte, o para favorecer la curación o la fecundidad. Esto también explica por qué el hechicero o el druida a menudo es representado como un recolector, que recoge los ingredientes de sus pociones en la naturaleza, al igual que el druida Panorámix en las aventuras de Astérix el Galo.
Las plantas mágicas más poderosas no son necesariamente las más raras.
Todos los que alguna vez se han interesado por las propiedades de las plantas mágicas lo saben bien: las plantas favoritas de las brujas no son necesariamente las más raras y misteriosas.
Hierbas aromáticas comunes como el romero, la salvia y el laurel ocupan un lugar destacado en las recetas y rituales de magia blanca. Lo mismo ocurre con algunas plantas silvestres muy comunes como el espino, la ortiga común, el muérdago y el acebo, o incluso el avellano... Y por supuesto, la flor imprescindible en los encantos de amor no es otra que la rosa, tan abundante en nuestros jardines.
4- Las plantas mágicas no están exentas de peligro.
Entre las numerosas plantas mágicas disponibles en la naturaleza, algunas son mucho menos inofensivas que las plantas hortícolas o las hierbas aromáticas.
La magia negra emplea especies tóxicas o alucinógenas como la mandrágora, el acónito, el datura, el ricino, la belladona, el opio y la estramonio.
Incluso si no tienes ninguna intención de caer en el lado oscuro de la brujería, es bueno conocer el máximo de plantas y sus propiedades. De hecho, cuando practicas la recolección de plantas silvestres con el fin de consumirlas, debes ser consciente de los peligros de ciertos vegetales y mantenerte muy precavido.
5- Las pociones a base de plantas son fáciles de hacer.
A condición de utilizar plantas que se conocen bien y que se han identificado con certeza, es bastante fácil extraer de los vegetales sus propiedades mágicas. El método más evidente consiste en preparar una poción, es decir, un líquido destinado a ser bebido.
Las preparaciones llamadas maceraciones, infusiones y decocciones en fitoterapia son pociones mágicas siempre que quien las prepare esté convencido de su poder y añada una intención en el momento de la preparación.
En el vocabulario de la brujería, se utilizan palabras particulares según los ingredientes empleados o la intención relacionada con una poción mágica:
• una poción destinada a influir en los sentimientos o emociones de una persona se llama un filtro, como el filtro de amor de los cuentos de nuestra infancia.
• una poción alcohólica no es simplemente un licor, sino un elixir. Se prepara a base de plantas maceradas en alcohol.
• una poción dulce se llama un jarabe porque se prepara a base de un jarabe de azúcar al que se le añaden plantas como el tomillo o la malva para aliviar la tos, por ejemplo.
Naturalmente, la preparación de pociones no es más que uno de los usos posibles de las plantas en magia curativa. También es posible preparar cataplasmas a base de vegetales y ungüentos para aplicar sobre la piel.
Finalmente, se pueden utilizar en un ritual plantas mágicas enteras o molidas, eligiéndolas según su significado simbólico. Se dice que el muérdago protege y trae suerte, que la salvia purifica la atmósfera de energías negativas y que la raíz de jengibre estimula la vitalidad y la libido.