Collar de perlas que se asemeja a un rosario, el mala tibetano es comúnmente utilizado por los monjes budistas para la recitación de mantras. Si no estás familiarizado con este objeto y no sabes cómo usarlo, te explicaremos cómo puedes utilizarlo durante tus oraciones o sesiones de meditación.
¿Qué es un mala tibetano?
El mala se presenta como un collar de perlas compuesto por 108 granos, más un grano un poco más grande llamado meru que sirve como punto de referencia para el inicio y el final de la recitación.
El uso más común de este objeto es en efecto desgranar las perlas del mala con una sola mano, repitiendo un mantra en cada grano. Cuando llegas al grano más grande que los demás o meru, te indica que has repetido el mantra 108 veces y has completado un ciclo.
A tener en cuenta: en la tradición budista, un mala de oración es un objeto sagrado y estrictamente personal. No debe ser prestado ni dado a otros. El número 108 es sagrado para los budistas porque hay 108 formas de nombrar a Buda y se dice que Siddhartha tuvo que enfrentar 108 pruebas antes de alcanzar la Iluminación.
¿Cómo sostener correctamente un mala tibetano?
Los occidentales que usan un mala tibetano no siempre lo saben, pero este tipo de rosario no debe ser sostenido de cualquier manera...
En primer lugar, hay que saber que los monjes budistas siempre cuentan su mala con la mano izquierda, aunque luego lo lleven enrollado alrededor de su muñeca derecha. No todas las fuentes están de acuerdo en qué mano se debe usar para este rosario.
Lo que es seguro es que los monjes tibetanos nunca usan su dedo índice (considerado como una representación del ego) para contar las cuentas. El gesto correcto consiste en usar el pulgar para atraer cada cuenta hacia uno mismo. A veces, los budistas asocian este gesto con un mudra (es decir, una posición de los dedos con un significado simbólico).
Otra regla a tener en cuenta es que tus dedos no deben pasar por encima del grano más grande o meru. Cuando llegues a él, si quieres continuar tu recitación, debes volver en sentido contrario.
¿Por qué usar un mala tibetano?
El mala tibetano es un soporte que ayuda a repetir un mantra sin dejarse distraer o distraer por solicitudes externas.
Este objeto permite centrar la mente en la recitación gracias al contacto físico de las cuentas que pasan entre los dedos del recitador.
Y por supuesto, el meru sirve como referencia para completar el ciclo completo de 108 recitaciones de la misma fórmula.
¿Cómo usar correctamente un mala?
Para utilizar correctamente un mala tibetano, debes comenzar, si es posible, por hacerlo bendecir en un templo budista antes de su primer uso.
Luego, debes elegir el mantra que deseas recitar como parte de tu meditación. Los mantras son fórmulas sagradas, generalmente cortas y dotadas de poder espiritual. Concéntrate en esta fórmula en sánscrito antes de repetirla mentalmente o en voz alta tantas veces como haya cuentas en el collar.
Ten en cuenta que cuando comienzas a recitar un mantra con un mala, siempre debes completar el ciclo. Por lo tanto, asegúrate de estar en una postura cómoda y en un lugar tranquilo donde no serás interrumpido antes de comenzar el japa mala (es decir, la repetición de un mantra mientras se desliza un mala).
Adopta una posición lo suficientemente cómoda como para poder mantenerla durante toda la recitación, utilizando si es necesario un bloque de yoga o un cojín de meditación. Asegúrate de tener la espalda recta y los hombros relajados. Tómate el tiempo para encontrar la postura adecuada y luego cierra los ojos.
No intentes controlar tu respiración mientras recitas el mantra. Solo necesitas concentrarte en esta fórmula y en las vibraciones sonoras que despierta en tu cuerpo. Cuando llegues a la cuenta más grande o meru, puedes optar por detenerte o volver en la otra dirección para un nuevo ciclo de 108 recitaciones.
¿Qué hacer al final de la recitación?
Una vez que hayas terminado el japa mala, es preferible no retomar de inmediato tus actividades diarias. Permanece en meditación sentado durante unos momentos más, poniéndote en sintonía con tus sensaciones.
Observa cómo te sientes al finalizar este ejercicio. Si has completado un ciclo completo, como lo dicta la tradición tibetana, probablemente notarás que tu mente y tus emociones se han calmado.
Los tibetanos creen que esta recitación de un mantra permite liberarse de la tristeza, la envidia, la ira y de todas las emociones negativas que impiden al meditador percibir su verdadera naturaleza divina.
Para terminar, envuelve tu mala en un paño limpio, ya que así debe ser guardado cuando no se utiliza o se lleva puesto.