Las personas que ejercen su profesión en el campo de las artes adivinatorias tienen el don de ver el pasado o el futuro. Aunque los neófitos los confunden, hay diferencias notables entre un astrólogo, un médium y un vidente. Te invitamos a descubrir en qué se diferencian, para que puedas consultarlos con pleno conocimiento de causa.
El astrólogo, un especialista en el horóscopo.
Un astrólogo es una persona que ha recibido formación en el campo de la astrología. Sus predicciones se basan en la posición de los planetas en el sistema solar en el momento de tu nacimiento.
Por lo tanto, un astrólogo te pedirá en primer lugar tu fecha, hora y lugar de nacimiento para determinar tu signo astrológico y tu ascendente.
Los astrólogos utilizan el tema astral de la persona que los consulta (es decir, el mapa del cielo en el momento del nacimiento) para establecer su horóscopo.
Pueden revelarte lo que el futuro te depara en múltiples áreas, como en las secciones de Horóscopo tan populares en las revistas femeninas, así que ¡no dudes en preparar tus preguntas sobre temas sentimentales, profesionales o familiares antes de la consulta!
El médium, una persona que se comunica con los espíritus.
A diferencia del astrólogo que ha recibido formación en su campo, un médium tiene un don innato: la capacidad de entrar en contacto con los difuntos o los espíritus.
En resumen, se puede decir que un médium es un intermediario entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, exactamente como el personaje interpretado por Whoopi Goldberg en la película Ghost!
Los médiums no predicen el futuro, sino que se limitan a transmitir los mensajes que las entidades del más allá les comunican. Por lo tanto, generalmente se consulta a un médium para obtener respuestas o consejos de sus antepasados o seres queridos fallecidos.
El vidente, una persona dotada de clarividencia.
Al igual que los médiums, los videntes tienen un talento innato que puede manifestarse de diferentes formas. Algunos videntes escuchan voces (un don llamado clariaudiencia), mientras que otros tienen visiones (un don de clarividencia).
Los clariaudientes escuchan voces y frases, mientras que los clarividentes tienen imágenes visuales y ven escenas desarrollarse ante sus ojos. Pero en ambos casos, este talento innato les permite percibir eventos que ya han ocurrido en el pasado o que ocurrirán en el futuro.
Además, un vidente generalmente utiliza un soporte como las runas, una baraja de Tarot o posos de café para brindarte respuestas a tus preguntas. Cada soporte utilizado corresponde a un método de adivinación específico, como la cartomancia (usando cartas) o la cafeomancia (usando los posos de café en el fondo de tu taza).
¿Cómo evitar las estafas?
En el campo de la adivinación, las estafas son bastante comunes. Por lo tanto, es importante consultar a un vidente o médium reconocido. El boca a boca es una buena manera de encontrar un astrólogo, médium o vidente serio.
Tenga cuidado con los videntes que son muy complacientes contigo, que te dan certezas o, por el contrario, intentan asustarte para animarte a consultarlos nuevamente.
Las personas que practican las artes adivinatorias deben darte respuestas sinceras y consejos objetivos.
También deben mostrar humildad ya que la videncia no es una ciencia exacta y cierta ética. Un vidente serio nunca te dará información garantizada al 100% y no te hará promesas sobre temas delicados como la salud y la enfermedad.
Una persona que te promete la recuperación de un ser querido enfermo probablemente es un estafador. Los astrólogos, videntes y médiums no son médicos y nunca reemplazarán al personal médico, que es el único autorizado para hablar de esos temas contigo.
Para evitar estafas, también ten en cuenta que un vidente solo debe cobrarte por la Consulta en curso. Si te piden una suma adicional para solucionar una situación, seguramente es una estafa.
Finalmente, recuerda que en este campo es mejor evitar las fórmulas con suscripción. Estas suscripciones son peligrosas porque llevan a algunas personas a volverse adictas a la videncia... Y esta es una adicción perniciosa, tan insana como la adicción a los juegos de azar o las drogas.